Desarreglos hormonales, embarazo, menstruación, calor, exceso de peso, sedentarismo y malos hábitos, falta de horas de descanso, malas posturas… La insuficiencia venosa, una de las principales culpables de la pesadez de piernas, se manifiesta en varias causas, algunas más frecuentes que otras.
Reconocerás la sensación de pesadez de las piernas ya que está presente en síntomas como calambres, cansancio, dolor localizado, hormigueo, hinchazón o picores. Se trata de un problema muy habitual, cuyos síntomas dilatan las venas y acaban provocando la aparición de varices y celulitis.
¿Cómo podemos, entonces, mejorar la circulación y evitar la retención de líquidos para luchar contra esta sensación? Aunque tendamos a resignarnos, podemos prevenir y aliviar este problema gracias a una serie de sencillos consejos y hábitos diarios que resultan clave a la hora de devolver a las piernas toda su ligereza.
Este masaje tiene como objetivo activar el sistema circulatorio, aliviando los posibles síntomas causados por las varices. El mejor momento del día para realizarlo es por la tarde o noche, cuando llegamos a casa y solemos sentir las piernas más hinchadas o cansadas.
¿Cómo se hace?
- Túmbate y eleva las piernas poniendo los pies sobre un cojín para que la sangre fluya con mayor facilidad.
- El masaje se realiza en el sentido del riego sanguíneo, es decir, empezando por los tobillos y acabando en las caderas.
- El movimiento siempre debe ser ascendente y circular.
- Ejerce presión con los dedos de ambas manos siguiendo los músculos a medida que vas subiendo y cambiando de zona.
- Masajea las zonas con varices utilizando las palmas de las manos y ejerciendo una leve presión con ellas sin que llegue a doler.
- Céntrate en cada zona unos tres o cuatro minutos.
Consejos
- Darse una ducha o baño de contraste frío-calor antes del masaje mejora los resultados.
- Ayudarse de un gel o pomada de alivio de la pesadez y tirantez de piernas con varices potencia los efectos del masaje.
- No presionar nunca de forma directa sobre una variz.
El sistema linfático es el encargado de hacer que circule la linfa, un líquido que proviene de la sangre. Una de sus funciones principales es la de mantener activo el sistema inmunitario y promover la desintoxicación del organismo.
El objetivo de este masaje es facilitar la circulación de la linfa hasta la zona de la ingle, donde se encuentran varios ganglios linfáticos, para favorecer así el drenaje y la eliminación de líquidos y conseguir una sensación de ligereza en la zona.
¿Cómo se hace?
- Realiza movimientos suaves, lentos y progresivos.
- Empieza presionando los tobillos levemente con movimientos circulares de ambas manos.
- Cuando llegues a la rodilla, presiona la parte interior con movimientos de arrastre de los dedos pulgares y haciendo pequeños círculos.
- En la zona de los muslos, realiza movimientos circulares de arrastre y bombeo con los pulgares de ambas manos hasta llegar a la zona de la ingle.
Consejos
- Mantener un ritmo y presión adecuado durante la realización del masaje.
- Permanecer con las piernas elevadas durante 15 minutos tras el masaje para acabar de ayudar a la activación del sistema circulatorio y linfático.
- En casos graves de retención de líquidos y problemas de circulación, acude a un especialista que te aconseje sobre el tratamiento de drenaje linfático que mejor se adapta a tus necesidades.