Las bajas temperaturas, las pocas horas de luz, la proliferación de gripes y resfriados… No vamos a negarlo, hay factores del invierno que invitan al sedentarismo, a quedarse en casa, a poder ser en el sofá tapados con una manta, y pasar unos meses llevando a cabo unos hábitos más inactivos. Pero, ¿sabes los efectos negativos que el sedentarismo puede tener para tu cuerpo? Te contamos por qué deberías mantener un estilo de vida activo también en los meses más fríos del año y algunos consejos para huir de una vida sedentaria. ¡Toma nota y a moverse!
¿Qué es el sedentarismo?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se define como vida sedentaria la de aquellas personas que realizan 90 minutos o menos de actividad física a la semana.
Consecuencias del sedentarismo
Los hábitos sedentarios a medio y largo plazo, especialmente en el caso de personas mayores, pueden tener las siguientes consecuencias:
Pérdida de fuerza y masa muscular
Disminución de la quema de calorías y aumento de la grasa corporal
Fragilidad y debilidad ósea
Reducción de la circulación sanguínea
Debilitación del sistema inmunológico
Ralentización del metabolismo
Además, los efectos del sedentarismo pueden aumentar las posibilidades de padecer las siguientes enfermedades:
Obesidad y sobrepeso
Ansiedad y depresión
Enfermedades cardiovasculares
Diabetes
Presión sanguínea alta
Consejos para evitar el sedentarismo en invierno
1. Planifica tus salidas
En la medida de lo posible, si vas a salir a pasear o a correr, elige aquellas horas en las que la temperatura sea más agradable, como al mediodía o en las primeras horas de la tarde. Abrígate bien con prendas de algodón y ten en cuenta que, una vez empieces a moverte, tu temperatura corporal aumentará y la sensación de frío será mucho menor.
2. No te olvides de calentar
El calentamiento previo a iniciar el ejercicio es imprescindible para que, con el frío, los músculos y los tendones no se contraigan y corran el riesgo de lesionarse.
3. Manténte siempre hidratado
Bebe agua antes, durante y después de hacer ejercicio. La práctica de ejercicio conlleva un aumento de la sudoración por lo que, además de evitar una posible deshidratación, la ingesta de agua facilitará la correcta lubricación de los tejidos musculares y articulaciones y favorecerá la eliminación de impurezas y toxinas.
4. Muévete en espacios cerrados
El frío aquí no es una excusa. Ya sea en casa o en el gimnasio, puedes planificarte una rutina de ejercicios diaria para mantener activo tu cuerpo y huir de una vida sedentaria. Además, los gimnasios ofrecen una gran variedad de disciplinas y actividades que pueden elegirse de acuerdo a las preferencias, gustos y capacidades de cada persona. ¡Se acabaron las excusas! Encuentra tu motivación y empieza a moverte.
5. Cuida tu cuerpo
Tras realizar ejercicio, o si sientes las piernas especialmente cansadas o pesadas, realízate un masaje en sentido ascendente con un gel para el alivio de la pesadez y tirantez de las piernas desde los tobillos hasta la rodilla o la zona de la cadera. Esta práctica activará la circulación y aliviará la sensación de piernas hinchadas.
Es importante que aumente la concienciación sobre el impacto negativo de la inactividad física en el suministro de sangre en nuestras piernas y en muchos otros aspectos clave para nuestra salud. Promovamos un estilo de vida activo, abandonemos el sedentarismo.