Si realizas menos de 90 minutos de actividad física por semana, esto te interesa. Según la Organización Mundial de la Salud, esa es la característica que define llevar un estilo de vida sedentario, es decir, un estilo de vida carente de movimiento o ejercicio físico.
Al menos uno de cada cuatro adultos no está realizando la suficiente actividad física para mantener un estilo de vida saludable. Trabajar muchas horas sentado, realizar los desplazamientos en coche, llegar a casa y ver un rato la televisión o leer antes de dormir son actividades que dificultan una actividad física efectiva.
Pero, ¿cómo afecta este comportamiento a nuestra salud y, en concreto, a nuestras piernas? Entre otros muchos riesgos, el sedentarismo dificulta el transporte de sangre por nuestro cuerpo, disminuyendo la cantidad que llega a las extremidades. La sangre pasa más lentamente por las arterias mientras estamos sentados y nuestra circulación se resiente, favoreciendo también la aparición de varices.
La buena noticia es que el sedentarismo es un factor de riesgo modificable, es decir, la salud de la persona sedentaria y su riesgo cardiovascular mejora adoptando hábitos de vida más saludables. La mejor forma de activar la circulación de nuestras piernas es incorporando actividad física de intensidad moderada a nuestra vida, como caminar, ir en bici, nadar, bailar o realizar cualquier tipo de deporte.
CONSEJOS PARA ABANDONAR EL SEDENTARISMO
- Incorpora actividad física en tu vida diaria: sube por las escaleras en vez de en ascensor, regresa a casa por la ruta más larga, camina por los pasillos de la oficina cada dos horas, etc.
- Cuando planifiques tu tiempo libre, opta por opciones que incluyan actividad física: dar un paseo por la playa, hacer un picnic en la montaña, ir de ruta por un pueblo rural, etc.
- Si partes de un estilo de vida sedentario, empieza incorporando la actividad física de forma gradual y en función de tus características personales.

Si te duelen las piernas o sientes que tu circulación se resiente día a día, no ignores las señales. Es importante que aumente la concienciación sobre el impacto negativo de la inactividad física en el suministro de sangre en nuestras piernas y en muchos otros aspectos clave para nuestra salud.