Pasar muchas horas sentado delante del ordenador, mantener las piernas cruzadas durante un largo periodo de tiempo, quedarse dormido en una mala postura sobre una pierna… Normalmente, todas estas situaciones acaban de la misma forma: un hormigueo incómodo y la pérdida de sensibilidad. En definitiva, sentimos como si se nos hubiese “dormido” la pierna. Hoy descubrimos qué nombre recibe esta sensación, cuáles son los motivos y cómo aliviar sus síntomas.
Parestesia
La parestesia es la pérdida de sensibilidad, sensación de hormigueo o entumecimiento que afecta sobre todo a piernas, pies, brazos y manos y que se produce al ejercer una presión sostenida sobre un nervio. Cuando las arterias son comprimidas, los nervios no reciben suficiente irrigación sanguínea ni oxígeno y estos dejan de emitir impulsos. Es entonces cuando las señales sensoriales lanzadas desde la zona afectada no llegan al cerebro y se produce una pérdida de sensibilidad, superficial o profunda, o el conocido adormecimiento.
Causas
Uno de los factores más habituales que causa este fenómeno es el postural: permanecer en la misma posición en la que se ejerce cierta presión sobre un nervio durante un tiempo prolongado. Pero también existen otros motivos.
La parestesia frecuente o continuada puede ser un síntoma de otras afecciones como el síndrome del túnel carpiano, el hipotiroidismo, la esclerosis múltiple o la inflamación de los vasos sanguíneos.
¿Cómo aliviar los síntomas?
En la gran mayoría de los casos, el dolor o sensación de hormigueo desaparece rápidamente una vez se alivia la presión. La sangre vuelve a circular libremente por el cuerpo y los nervios empiezan a reactivarse de nuevo. Es precisamente en este momento cuando, al volver a activarse, empiezan a “disparar” impulsos bruscos que nosotros recibimos con la sensación de pinchazos. También suele sentirse una ligera sensación de calor porque la temperatura de los nervios sensoriales se reactiva para permitir que podamos mover la pierna.
Si la parestesia o sensación de hormigueo es algo transitorio, se recomienda el empleo de medidas orientadas a reactivar la circulación como podrían ser unos ejercicios de estiramiento o la realización de un masaje ascendente con un gel para el alivio de la pesadez y tirantez de piernas.
Sin embargo, existe la posibilidad de que esta sensación se experimente de forma continuada y acompañada de otros síntomas tales como el ardor en las piernas, el picor o los cambios de temperatura, lo que puede ser un indicador de una enfermedad neurológica o vascular de carácter más grave. En ese caso, se recomienda acudir a un profesional de la salud para que ofrezca el diagnóstico y el tratamiento más adecuado.
