Vacaciones, sol, buenas temperaturas, tiempo libre… Llevamos meses esperando la llegada del verano y, sin embargo, las altas temperaturas vienen también con síntomas que no son agradables para todos, ya que el calor propicia la pesadez de piernas, dilatando las venas que producen un mal retorno venoso de la sangre.
Puede que notes tus piernas más cansadas e hinchadas en verano y por ello no te apetezca moverte. No es la primera vez que te traemos trucos de prevención y hasta pequeños ejercicios acuáticos para hacer desde la piscina.
Sin embargo, si estás de vacaciones en algún paraje hermoso y piensas que no tienes tiempo para cuidar tus piernas con ejercicios específicos, hoy venimos a contarte cómo esta situación será muy ventajosa para llegar a sentirte mejor.
¿Cómo? Los paseos cortos y caminatas son todo un beneficio para activar la circulación sanguínea de tus piernas. Así que aprovecha el buen tiempo y sigue estos consejos, verás que estarás cuidando tus piernas con paseos de verano que no parecerán ejercicios.
Fortalecer los músculos de las piernas es muy fácil si paseas por la orilla de la playa pisando la arena; sumergir ligeramente los pies estimulará la circulación. ¡Tus piernas te lo agradecerán!
Estás paseando cerca de un prado o por la montaña, ¿has probado a descalzarte y caminar por la hierba? No solo será muy agradable para tus pies sino que si intentas hacer el ejercicio de sentir cómo la planta rota por el suelo descubrirás que estás aprendiendo y percibiendo tu forma de caminar, el equilibrio y tu postura. ¡Un ejercicio maravilloso sin darte cuenta!
Caminar paseando es igual de efectivo que sencillo. Lo que te proponemos es que, aprovechando esta caminata por la ciudad mientras visitas algún monumento, intercales pasos breves con pasos acelerados de periodos breves para estimular la circulación.

En efecto, evitar la exposición prolongada al sol para huir del efecto vasodilatador es algo que has de tener en cuenta. No pasa nada si paseas bajo el sol, pero protégete y procura intercalarlo con paseos a la sombra.
Al final del día, cuando las temperaturas han descendido y es más agradable pasear, anímate a llegar a pie a ese restaurante que te han recomendado o vuelve tras la cena caminando al hotel. No solo conocerás más el sitio que estás visitando sino que el paseo con una temperatura más fresca beneficiará tus piernas.
Controlar la frecuencia de paso y la intensidad de pisada de tu paseo será interesante para que seas consciente de que tu caminata, sea donde sea, está teniendo un beneficio en tu cuerpo. Cada uno ha de encontrar el ritmo que le resulte moderado con el que se sienta cómodo. ¡No hay que forzar!
Prepara el bolso o mochila y antes de salir llévate una manzana o un tupper con trozos de sandía que tienen gran porcentaje de agua. Tampoco debes olvidar hidratarte, por lo que te recomendamos que lleves siempre encima un termo con aguas que puedes mezclar con el sabor de tus frutas favoritas.
Parece obvio pero si vas a salir de caminata tanto sea por la montaña como por la playa o a recorrer una preciosa capital Europea, evita llevar tacones en tu paseo o visita. Un zapato cómodo será todo beneficios.
En algún descanso que hagas para sentarte a admirar el paisaje, o bien para descansar, evita cruzar las piernas, ya que este gesto produce un mal funcionamiento del sistema circulatorio.

Si te sientas a tomar un tentempié en una terraza de ensueño en algún momento del día, opta por opciones sanas con poca sal y azúcar, ya que propician la pesadez de piernas y la retención de líquidos.


Al final del día, cuando las temperaturas han descendido y es más agradable pasear, anímate a llegar a pie a ese restaurante que te han recomendado o vuelve tras la cena caminando al hotel. No solo conocerás más el sitio que estás visitando sino que el paseo con una temperatura más fresca beneficiará tus piernas.