En absoluto, el calor influye muy negativamente en las varices. Se trata de un elemento más que se añade a otros como el sedentario, el sobrepeso, las profesiones que precisan de estar sentados por largas horas, los cambios hormonales o el embarazo.
Por esa razón, recomendamos tres medidas básicas de prevención además de adoptar hábitos de vida saludables.
Evita el sedentarismo
Mover las piernas y realizar actividad física de manera regular mejora la circulación. Además, utilizar medias de compresión elástica puede ayudar a estimular también de manera positiva nuestras varices.
Caminar, incluso dentro de casa, es vital para mantener la circulación de la zona baja de nuestro cuerpo. Al caminar, el movimiento de la esponja plantar se exprime y envía la sangre hacia los gemelos, que la bombean hacia el corazón.


Visita a tu médico
Cuando sea posible y de la manera adecuada, deberás visitar a tu médico para evitar molestias de varices. Son muchas las personas que no le dan valor a estos síntomas por considerarlos estéticos, pero realmente suponen una merma muy importante en la calidad de vida de las personas que los padecen. Las varices pueden mermar actividades de tu día a día que influyen en tu economía, tu vida social y tu ocio.

Evita el calor excesivo
No tengas miedo de aplicar frío en las piernas. El calor estimula la dilatación de las venas, por lo que conviene evitar fuentes de calor como una casa excesivamente caldeada o el sol directo.
Aplicar agua fría es clave para generar un contraste en nuestra circulación y fomentar la circulación.

