Seguro que más de una vez te has enamorado de unos zapatos con más o menos tacón pero no has sabido hasta qué punto podían ser perjudiciales para tu postura o tus piernas. ¡No te preocupes! Para que no te asolen las dudas, hoy queremos hablarte un poco más de cómo afectan los tacones a tus piernas y qué hacer para evitar posibles problemas.
¿Sabías que el porcentaje de carga de tu cuerpo se reparte el 75% en el talón y el 25% en el antepié? El talón es el soporte principal de nuestro cuerpo y es donde se encuentran los huesos más anchos y cortos. El antepié, por el contrario, es el zona más dinámica donde encontramos los huesos más largos y estrechos. Es por esta razón que los zapatos de tacón invierten este volumen de carga natural, algo que a la larga, si no cuidamos y vigilamos su uso, puede derivar en problemas de salud.
Es probable que hayas oído con asiduidad que llevar unos zapatos de tacón con 3-4 centímetros de altura es beneficioso para tu postura corporal en general. ¿Sabes que se debe a que estos centímetros ayudan a que la parte delantera del pie soporte un 25% más del peso, dejando así la balanza en 50% y 50%?
También es por esta razón que a medida que la altura del tacón aumenta el antepié pasa a soportar la mayor parte del peso del cuerpo, invirtiendo esta balanza natural. Por ejemplo, con un tacón de 6-7 centímetros el 75% de carga se iría directa hacia delante. Si le sumamos ese hecho a que la mayoría de zapatos de tacón de mayor altura suele tener una base estrecha, podemos concluir que los zapatos altos y estrechos propician posibles problemas de pantorrilla, espalda, rodillas o tobillo, entre otros.
Entonces, ¿cuál es el zapato adecuado? Para que un zapato no sea perjudicial para la circulación sanguínea y, por lo tanto, no favorezca la aparición de varices u otros síntomas dañinos para tus piernas como la pesadez, debe ser lo suficiente ancho para no oprimir tu pie y su altura no debe sobrepasar los 4 centímetros de altura, para conseguir ese balance deseado.
Si, de todos modos, eres incapaz de bajarte de unos zapatos más altos, podemos echarte una mano con algunos consejos para sobrellevar el cansancio y los problemas de su uso.
¿Qué puedes hacer?
Si no sabes caminar con tacones, hazlo poco a poco, aumentando la altura del tacón de manera progresiva.
Elige zapatos con una buena sujeción, en especial alrededor del tobillo, y siempre de la talla adecuada.
Cambia de zapatos diariamente para alternar diferentes alturas de tacón.
¡Practica por casa! Es clave si vas a estrenar un zapato muy alto y no sabes cómo va a reaccionar tu cuerpo.
Siempre que lleves tacones, procura mantener una postura erguida para repartir el peso por todo el pie.
Cuida tus pies con un baño de agua templada al llegar a casa.
Evita estar de pie durante largos periodos de tiempo.
Para mejorar la circulación, no olvides usar cremas y geles para la prevención de problemas. Un masaje de pies a rodillas durante un par de minutos antes de ir a la cama mejora la circulación y evitar varices indeseadas.